En un mundo donde la competencia es feroz y la atención del consumidor dura segundos, la imagen corporativa sigue siendo una de las herramientas más poderosas (y a la vez más mal entendidas) del marketing. Aunque muchas empresas invierten en diseño y comunicación, siguen cayendo en errores que perjudican su identidad de marca, afectando su impacto, coherencia y crecimiento.
Desde Present, como agencia creativa especializada en estrategia de marca, recopilamos los 5 errores más comunes que siguen dañando la personalidad de marca en 2025… y te explicamos cómo evitarlos para que tu empresa destaque.

1. No tener una identidad verbal definida
La imagen corporativa no es solo un logo y una paleta de colores. Una marca sólida también se construye con palabras, tono y estilo. Muchas empresas invierten en diseño visual, pero descuidan su voz y su narrativa. Esta falta de personalidad debilita su imagen corporativa y hace que su comunicación sea menos reconocible.
Consejo: Define un manual de tono y estilo que describa cómo suena tu marca en redes, emails, presentaciones y anuncios. Una identidad verbal clara fortalece tu identidad de marca y genera confianza.
2. Querer gustar a todo el mundo
Uno de los errores que más daña la imagen corporativa es intentar llegar a todo tipo de públicos. En 2025, el consumidor espera marcas auténticas que sean fieles a su esencia. Las empresas que usan mensajes demasiado genéricos diluyen su imagen corporativa y se pierden entre la competencia.
Consejo: Identifica bien tu nicho y define tu público ideal. Una imagen corporativa bien enfocada es clave para destacar y establecer relaciones reales y duraderas.
3. Cambiar de imagen sin estrategia
Un cambio impulsivo en la imagen corporativa —como un rebranding sin planificación— puede resultar contraproducente. Muchas empresas cambian su logo o estética solo porque “se ve viejo”, pero sin una estrategia clara el resultado es confuso y puede dañar la percepción del público.
Consejo: Antes de renovar tu identidad de marca, asegúrate de que el cambio tenga un propósito. Tu nueva identidad debe reforzar tu esencia y mantener a tu audiencia conectada.
4. No adaptar el branding a los diferentes canales
La imagen corporativa debe ser coherente, pero también flexible. Muchas marcas no logran adaptarla a cada canal, por ejemplo, al pasar de la web a Instagram o a su packaging. Esta falta de ajuste genera incoherencia y debilita su imagen corporativa global.
Consejo: Mantén una línea visual y verbal consistente, pero adapta los formatos y mensajes a cada plataforma. Así consigues que tu identidad de marca sea reconocible y efectiva en todos los puntos de contacto.

5. Ignorar la experiencia del usuario
La imagen corporativa es mucho más que palabras y gráficos: es todo lo que hace sentir tu marca. Desde la navegación en tu web hasta el trato en redes sociales o la presentación del producto, cada detalle afecta a la percepción global.
Consejo: Considera tu imagen corporativa como una experiencia completa. Revisa todo el recorrido del cliente y busca oportunidades para mejorar, sorprender y generar vínculos emocionales.