La estrategia competitiva es una herramienta decisiva para el éxito y la resiliencia de cualquier empresa, ya que le permite definir su posición en el mercado, cómo competir contra sus rivales y cómo sobrevivir y adaptarse a los cambios. Pues bien, en la actualidad, la estrategia empresarial incorpora nuevas variables que demanda la sociedad, entre ellas la sostenibilidad.
Creo que nadie pone en duda que un porcentaje cada vez mayor de los consumidores eligen marcas o productos que son respetuosos con el medio ambiente. Exigen a las empresas una mayor responsabilidad corporativa. También en lo social se crea valor. Cuando una empresa tiene incorporadas políticas de igualdad, de inclusión o está comprometida con las mejoras de las personas y de la sociedad en general y es capaz de transmitirlo de forma veraz y transparente, crea vínculos emocionales con sus clientes y con todos los stakeholders, empleados, proveedores, etc..
Las empresas que quieran tener modelos competitivos tendrán que generar un impacto social positivo en la sociedad con nuevas fórmulas de innovación y desarrollo sostenible, nuevos materiales, nuevos procesos…Implementando modelos de buen gobierno corporativo y formando parte activa de proyectos colaborativos de medio ambiente, economía circular, ODS y la transición verde.
La sostenibilidad en la empresa también es una adaptación al cambio que creará empresas más relisientes.
La responsabilidad social corporativa (RSC) y la sostenibilidad no son sólo cuestiones de imagen para atraer a los consumidores más comprometidos. Se trata también de cuestiones de empresas que se saben adaptar. Se avecinan cambios legislativos cada vez más estrictos en prácticamente todos los sectores en materia de sostenibilidad.
Existen multitud de recomendaciones europeas, grandes pactos y planes de acción que van progresivamente derivando en reglamentación de aplicación directa. Es lógico pensar que aquellas empresas que de forma voluntaria vayan asumiendo todas estas directrices van a superar mejor todos los cambios que vayan surgiendo.
Por otro lado, los inversores se ven atraídos por las empresas que definen sus indicadores ESG y por lo tanto a la hora de escalar su tamaño y crecer, las empresas tendrán que abordar estas cuestiones dentro de su estrategia empresarial.
La atracción de talento también se ve reforzada en empresas que aportan valor en lo económico, en lo social y en la sostenibilidad.
En conclusión, la adopción de un papel activo en la defensa del medioambiente será clave para la supervivencia a largo plazo de las empresas, así como para asegurar una ventaja competitiva en un mercado cada vez más sensibilizado con la adopción de un papel responsable y comprometido con la creación de valor sostenible.
Las organizaciones con visión y capacidad para aprovechar las oportunidades que brindan los retos asociados a la sostenibilidad serán aquellas con mayor probabilidad de liderar cada uno de los sectores donde compiten. Estamos ante la era de la Innovación y desarrollo empresarial con triple impacto. Si desea saber cómo podemos ayudar a su empresa a alcanzar este triple impacto, no dude en ponerse en contacto con nosotros.